PERÚ: LA CRISIS DE “LA REPÚBLICA CORRUPTA”
PERÚ: LA CRISIS DE “LA REPÚBLICA
CORRUPTA”
Con el
advenimiento de Fujimori (1990) y sobre todo después de su propio golpe de
estado de 1992, que instauró un gobierno cívico militar, el péndulo se movió a
su opuesto: Un gobierno neoliberal con botas:
Privatización de todas las empresas públicas, despidos masivos en las
empresas privatizadas y también las privadas, libertad de contratar y despedir,
libertad absoluta de tener, comprar y vender, ingresar y sacar moneda
extranjera y se consolidó la distribución regresiva del ingreso nacional
comenzada con la hiperinflación de Alan I,
Este proceso
coincidió con las bajas tasas de interés en los países desarrollados que hizo
que sus inversores buscaran mayores rentabilidades en países emergentes. En el
quinquenio 1992/96, ingresaron a A.L. en el orden de US$ 500 000 millones, una
parte de los cuales llegaron a Perú.
Créditos directos, compra de empresas públicas, compra de acciones en la
Bolsa de Valores de Lima y líneas de financiación a tasas muy bajas a la Banca
Local, permitieron recomponer rápidamente las reservas de divisas y a los
bancos, dar créditos muy abundantes. El aumento de la tasa de ganancia por la
reducción de los salarios reales facilitó la reactivación económica. Así se
controló la inflación y se inició un proceso de crecimiento económico. Este “bienestar” y haber terminado con la
guerrilla pol potiana de Sendero Luminoso, le permitió al “Chino” lograr un
sólido apoyo de la banca internacional, de todo el empresariado, la clase media
y sectores rurales pobres. Pero la economía tiene altibajos; la crisis
mexicana, rusa y del sudeste asiático, hicieron que los inversionistas,
asustados por el riesgo, retiraran su dinero de los países emergentes. En 1998
los bancos, a quienes no les renovaron las líneas financieras del exterior, se
quedaron sin liquidez y cancelaron sus líneas de créditos, los industriales y
comerciantes no podían financiar sus operaciones y redujeron o cerraron
cantidad de empresas. Los más castigados fueron los provincianos, desde donde
surgieron los movimientos de oposición más fuertes, que terminaron con la fuga
del presidente luego de hacerse públicos videos en los que el gobierno
sobornaba congresistas de oposición y dueños de medios periodísticos.
El modelo de
“Libertad Económica” ha seguido siendo aplicado con muy pocos matices desde esa
fecha a la actualidad por todos los gobiernos sucesivos.
Perú, como
el resto de países de A.L. está inserto en el mundo y sufre los cambios
económicos globales. Como la época
“feliz” del 92/97 pasó, la crisis del 98/02, también finalizó. A partir del
2003 y sobre todo después del 2004, los términos del intercambio mejoraron
enormemente. Los precios de los metales
se multiplicaron por 3 o por 4, con lo que el gobierno se encontró con una
inesperada avalancha de dólares por la exportación, incremento de los ingresos
tributarios por las ganancias descomunales de las mineras, además, inversiones
cuantiosas en nuevos proyectos mineros para aprovechar los altos precios
originados por la industrialización china.
Paralelamente,
desde fines de los 90 se terminaron grandes obras de irrigación en la costa que
permitieron el surgimiento de una nueva rama de producción en el país: La gran agroindustria moderna. En los 2000 ya
estaban en plena producción algunos miles de ha. de espárragos, paltos, alcachofas,
mangos, actualmente se agregaron uvas de mesa y arándanos que bordean una
exportación de más de US$ 5 000 millones anuales
Esa época de
prosperidad, con tasas de crecimiento “chinas” de alrededor del 8% anuales,
permitió el desarrollo de la industria de construcción, grandes obras de
infraestructura, se incrementó la urbanización. El desarrollo en todo el país
de centros comerciales, en un país desarticulado, creó un sentido de “identidad
nacional”, todo el país se viste en las mismas cadenas de tiendas, compra en
los mismos supermercados, come los mismos helados y va a los mismos cines a ver
las mismas películas. La crisis del 2008 provoca un intervalo al crecimiento de
un solo año, del 2009 hacia acá se mantienen, poco más o menos, las mismas
características con crecimientos, pero a un ritmo cada vez menor. Este año,
estaremos en 3%.
Durante 15
años aproximadamente ha habido crecimiento ininterrumpido, superávit
consistente de la balanza comercial y también de la cambiaria. Las reservas internacionales alcanzan para
casi 20 meses de importaciones, el tipo de cambio estable desde hace años,
tasas de interés para créditos hipotecarios, en soles, de un solo dígito.
En todo este
proceso se fue reduciendo la pobreza y la miseria, creando una clase media
urbana extendida que, en situaciones estables como la presente, le da un soporte
bastante sólido al sistema, como así también una clase empresarial nacional,
basada, fundamentalmente en la producción de bienes y servicios destinada al
mercado interno. Algunos de los grupos más fuertes, inclusive, se han
internacionalizado formando empresas multilatinas.
Por lo
tanto, el gran grito que unifica a los empresarios y la clase media es: “No
hagan olas”, “todo está perfecto”. “Nada de querer cambiar el modelo”
LA FELICIDAD NUNCA ES COMPLETA
En este
panorama apacible de plena felicidad, aparece el caso Odebrecht. Algunas investigaciones aisladas que habían quedado
abandonadas, más información llegada del extranjero, hicieron que un grupo de
periodistas de investigación de gran prestigio en el país, junto con un pequeño
número de fiscales comenzaran a investigar en serio el tema. Después de
infinita presión en contra por parte del Congreso, la Corte Suprema, varios
directivos del Ministerio Público y el Concejo Superior de Justicia, órgano que
nombraba y removía jueces, y solo con el apoyo masivo de la opinión pública,
lograron firmar un acuerdo de colaboración con los altos ejecutivos de
Odebrecht quienes fueron contando a quienes financiaron sus campañas
electorales y a quienes pagaron sobornos. Al mismo tiempo, otros pocos
fiscales, en el Callao, creyeron descubrir contactos entre delincuentes y
algunos jueces. Pidieron la intervención
telefónica, que se fue extendiendo y comprometió gravemente a jueces y vocales
supremos del Poder Judicial, a varios Fiscales superiores y supremos, políticos
y empresarios diversos, así es que en el Perú tenemos dos investigaciones, Lava
Jato y también la Lava Juez
LOS MOVIMIENTOS SOCIALES
En Perú, el
empleo formal, trabajadores en blanco, en libros, con aportes a la seguridad
social, no llega al 30% de PEEA, todos los demás son informales, precarios,
viven de trabajos independientes eventuales, trabajadores agrarios o
simplemente desocupados. De ese 30%,
solo algo más del 5% está sindicalizado.
El movimiento sindical está dividido en 4 centrales, la única con cierto
grado de funcionamiento, dentro de su precariedad, es la CGTP que
históricamente estuvo vinculada al PC, que actualmente está virtualmente
extinto.
El único
sector sindical con fuerte presencia nacional es el docente, agrupado en el
SUTEP, quienes han encabezados varias huelgas nacionales de varias semanas de
duración. La última, hace dos años, le costó el puesto a la Ministra de
Educación de la época. Desde hace muchos años está dirigido por el PCR (PC pro
chino) o, más bien, lo que queda de él.
La última huelga fue impulsada y dirigida por facciones opositoras a la
dirección, vinculadas a movimientos atomizados de izquierda radicalizada. El
rol de la dirección oficial del SUTEP, en este caso, fue tratar de romper la
huelga, para mantener su hegemonía en la Federación Sindical.
Actualmente,
los movimientos sociales más importantes son los vinculados a temas
ambientales, sobre todos los originados por la minería en el sur del país (Las
Bambas y Tía María). También tiene cierto protagonismo movimientos inclusivos
como el de las mujeres contra los feminicidios y la no discriminación del
movimiento LGTBI.
Junto con
este polo, ha surgido un movimiento ultraconservador “Con mis hijos no te
metas” contra la enseñanza del enfoque de género en los colegios y
antiabortos. Está conformado por
sectores evangélicos, la derecha católica y los grupos más reaccionarios de la
clase media. Son activos, numerosos y tienen varios congresistas.
LOS PARTIDOS POLITICOS
Con la
estabilidad y el “progreso” se fue haciendo menos necesario el rol de los
intermediarios sociales como los partidos políticos. Los tradicionales en el Perú, APRA, Acción
Popular, Partido Popular Cristiano han ido quedando como cascarones de capillas
de viejos dirigentes quienes viven pugnando por conseguir cargos públicos y sus
privilegios.
Al mismo
tiempo han surgido un montón de sellos, que fueron cumpliendo los requisitos
para presentarse en elecciones, que en su inmensa mayoría esperan los procesos
electorales para ver quienes les alquilan la personería y ver si así pueden
llegar a ser congresistas. (hoy son unos 20)
Lo que queda
son movimientos sin programas y con pocos principios, agrupados alrededor de un
caudillo
APRA y Alan García:
Se ubica en el centro derecha, Perdió mucho arraigo popular. Muy
manchado por la corrupción. Actualmente en crisis por el suicidio de su “Gran
Conductor” e inmerso en luchas intestinas por la sucesión. Ha sido el aliado incondicional de los
fujimoristas.
Ollanta Humala:
Un emprendimiento político comercial destinado a obtener medios de vida
que por esos azares del destino terminó siendo presidente. Ubicado más o menos
en el centro del espectro. Consiguió su
apoyo en los sectores sociales más humildes de la ciudad, sobre todo en el sur.
Perú Posible y Toledo:
Toledo preso por haber recibido US$ 30 millones (ya probados) y el
partido ya disuelto.
PPK y Pedro Pablo Kuczynski: Partido de centro derecha más bien
liberal, Representa al empresariado moderno y a la Banca Nacional e
Internacional. Apoyo en la clase media urbana. Ganó las elecciones con el voto
de personas que prefirieron el mal menor frente al fujimorismo.
Fuerza Popular y Keiko Fujimori:
Ubicada a la derecha política. Representa al empresariado en general y
tiene apoyo importante de los informales de la capital y sobre todo en
provincias. Actualmente ha hecho un frente con los sectores evangélicos más
reaccionarios. Un estudioso de la realidad peruana, Juan Luis Dammert Bello,
afirma que KF es la expresión política de los beneficiarios de un nuevo modelo
de acumulación de capital emergente en el Perú, formado por la economía ilegal
e informal (Cultivo y tráfico de Drogas, Tala Ilegal, Minería Ilegal e
Informal, Contrabando, etc.) Hoy día, su dirigente está presa y desprestigiada
por haber recibido financiación oculta de Odebrecht.
Desde el
punto de vista de principios hay muy poca diferencia entre KF y PPK. Tanto que
varios ministros, incluyendo el Jefe de Gabinete de PPK, habían sido
apalabrados previamente por Keiko para participar en su gabinete si ella
ganaba.
Hoy día, en
el Perú, los partidos representan más intereses personales que de clases. La
mayor parte de congresistas tienen sus agendas personales por cuenta de
aquellos que le financiaron sus campañas y aceptan encargos de gestionar conveniencias
de las empresas que le reconozcan honorarios satisfactorios.
Vizcarra:
Un ex gobernador regional exitoso, bien visto, sin antecedentes de
corrupción, sin partido político, sin bancada, que llegó al poder por
accidente. Lo pusieron en la fórmula presidencial para matizarla (era demasiado
blanquiñosa) y el presidente tuvo que renunciar. Diríamos que es un tecnócrata de centro
derecha. Dada su debilidad política se
ha tenido que apoyar en la opinión pública.
La Izquierda:
Hay un movimiento de izquierda con una base social extensa,
electoralmente en el orden del 20%. Heterogénea
y totalmente fragmentada, aglutinada alrededor de caudillos que disputan entre
sí por quien puede obtener una porción de cualquier poder al que crean que
puedan llegar. Actualmente salpicada por casos de corrupción. Susana Villarán,
ex alcaldesa de Lima, presa por haber financiado campañas electorales con plata
de constructora brasileñas y dos gobernadores regionales condenados por manejos
irregulares de dinero.
LA CRISIS DE LA REPÚBLICA CORRUPTA
Los
acontecimientos de las últimas semanas, el suicidio de Alan García y la
disolución del Congreso son los puntos más altos de lo que a falta de un nombre
mejor le pondremos la crisis de la “República Corrupta”, parafraseando aquello
de la “República Aristocrática.”
El Poder
Ejecutivo, con 5 ex presidentes presos (uno suicidado en el momento del
arresto) o procesados; el Poder Legislativo con cerca de 30 congresistas que tienen
cuentas por aclarar ante el Ministerio Público, más dos de ellos con sentencias
ya firmes; el Poder Judicial con el Concejo Nacional de Justicia disuelto por
los arreglos para el nombramiento de jueces, un Vocal Supremo prófugo y
detenido en España para extradición, más varios Jueces y Vocales Superiores que
vendían sentencias, Fiscales Supremos y Superiores cuestionados por sus lazos
evidentes con la delincuencia; no menos de 10 Gobernadores Regionales y decenas
de alcaldes provinciales o distritales presos o prófugos, dan una cierta idea
del panorama que la población sufre todos los días.
Una
característica importante es que la deshonestidad masiva es transversal a todo
el arco iris político. Recorre desde la
izquierda hasta la derecha.
Desde mi
punto de vista, los fiscales, jueces y periodistas que están encabezando esta
lucha contra la corrupción, expresan, de alguna manera, el consenso de la
población que “así no se puede seguir”.
La posibilidad de éxito de estas personas tan valiosas dependerá de la
participación activa de la población en esta lucha.
Dentro de un
contexto de despolitización generalizado, hay un sentimiento muy extendido de
hartazgo con toda la clase política. El
“Que se vayan todos” es una idea que resume la fatiga de la gente común ante un
poder tan corrompido.
A este
panorama poco alentador le tenemos que agregar que tenemos un país con una
institucionalidad extremadamente débil. Salvo el sector económico, Banco
Central y la Superintendencia de Banca, el resto de las instituciones es
incapaz de ejecutar sus propios proyectos.
Tal es la debilidad que el Estado es incapaz de controlar hasta el mismo
tránsito.
El problema
ahora es tratar de encontrar una solución que permita mejorar lo que hemos
descrito. Las próximas elecciones, el 26 de enero, no permiten vislumbrar, hasta
este momento, algo distinto.
Algunos
analistas suponen que la disolución del Congreso, ampliamente aceptada por la
población, ha sido una válvula que ha permitido aliviar la presión social.
Vale la pena
mencionar que, en el Perú, actualmente, si bien hay una disminución del
crecimiento, no hay, por el momento, un ajuste económico que afecte de manera
sensible a la población.
SDG
Octubre 2019
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