PERÚ: LA CRISIS DE “LA REPÚBLICA CORRUPTA”











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PERÚ: LA CRISIS DE “LA REPÚBLICA CORRUPTA”





BREVE REPASO HISTÓRICO


En 1985, Alan García, en su primer gobierno, intentó aplicar un plan económico que desarrollara una industria nacional, mediante políticas neo keynesianas y una estructura política tipo Bonapartismo Sui Generis.  Su gestión terminó en un fracaso pocas veces visto, de hiperinflación (7 millones %) reservas internacionales negativas, recesión y empobrecimiento general.
Con el advenimiento de Fujimori (1990) y sobre todo después de su propio golpe de estado de 1992, que instauró un gobierno cívico militar, el péndulo se movió a su opuesto: Un gobierno neoliberal con botas:  Privatización de todas las empresas públicas, despidos masivos en las empresas privatizadas y también las privadas, libertad de contratar y despedir, libertad absoluta de tener, comprar y vender, ingresar y sacar moneda extranjera y se consolidó la distribución regresiva del ingreso nacional comenzada con la hiperinflación de Alan I,
Este proceso coincidió con las bajas tasas de interés en los países desarrollados que hizo que sus inversores buscaran mayores rentabilidades en países emergentes. En el quinquenio 1992/96, ingresaron a A.L. en el orden de US$ 500 000 millones, una parte de los cuales llegaron a Perú.  Créditos directos, compra de empresas públicas, compra de acciones en la Bolsa de Valores de Lima y líneas de financiación a tasas muy bajas a la Banca Local, permitieron recomponer rápidamente las reservas de divisas y a los bancos, dar créditos muy abundantes. El aumento de la tasa de ganancia por la reducción de los salarios reales facilitó la reactivación económica. Así se controló la inflación y se inició un proceso de crecimiento económico.  Este “bienestar” y haber terminado con la guerrilla pol potiana de Sendero Luminoso, le permitió al “Chino” lograr un sólido apoyo de la banca internacional, de todo el empresariado, la clase media y sectores rurales pobres. Pero la economía tiene altibajos; la crisis mexicana, rusa y del sudeste asiático, hicieron que los inversionistas, asustados por el riesgo, retiraran su dinero de los países emergentes. En 1998 los bancos, a quienes no les renovaron las líneas financieras del exterior, se quedaron sin liquidez y cancelaron sus líneas de créditos, los industriales y comerciantes no podían financiar sus operaciones y redujeron o cerraron cantidad de empresas. Los más castigados fueron los provincianos, desde donde surgieron los movimientos de oposición más fuertes, que terminaron con la fuga del presidente luego de hacerse públicos videos en los que el gobierno sobornaba congresistas de oposición y dueños de medios periodísticos.
El modelo de “Libertad Económica” ha seguido siendo aplicado con muy pocos matices desde esa fecha a la actualidad por todos los gobiernos sucesivos.
Perú, como el resto de países de A.L. está inserto en el mundo y sufre los cambios económicos globales.  Como la época “feliz” del 92/97 pasó, la crisis del 98/02, también finalizó. A partir del 2003 y sobre todo después del 2004, los términos del intercambio mejoraron enormemente.  Los precios de los metales se multiplicaron por 3 o por 4, con lo que el gobierno se encontró con una inesperada avalancha de dólares por la exportación, incremento de los ingresos tributarios por las ganancias descomunales de las mineras, además, inversiones cuantiosas en nuevos proyectos mineros para aprovechar los altos precios originados por la industrialización china.
Paralelamente, desde fines de los 90 se terminaron grandes obras de irrigación en la costa que permitieron el surgimiento de una nueva rama de producción en el país:  La gran agroindustria moderna. En los 2000 ya estaban en plena producción algunos miles de ha. de espárragos, paltos, alcachofas, mangos, actualmente se agregaron uvas de mesa y arándanos que bordean una exportación de más de US$ 5 000 millones anuales
Esa época de prosperidad, con tasas de crecimiento “chinas” de alrededor del 8% anuales, permitió el desarrollo de la industria de construcción, grandes obras de infraestructura, se incrementó la urbanización. El desarrollo en todo el país de centros comerciales, en un país desarticulado, creó un sentido de “identidad nacional”, todo el país se viste en las mismas cadenas de tiendas, compra en los mismos supermercados, come los mismos helados y va a los mismos cines a ver las mismas películas. La crisis del 2008 provoca un intervalo al crecimiento de un solo año, del 2009 hacia acá se mantienen, poco más o menos, las mismas características con crecimientos, pero a un ritmo cada vez menor. Este año, estaremos en 3%.
Durante 15 años aproximadamente ha habido crecimiento ininterrumpido, superávit consistente de la balanza comercial y también de la cambiaria.  Las reservas internacionales alcanzan para casi 20 meses de importaciones, el tipo de cambio estable desde hace años, tasas de interés para créditos hipotecarios, en soles, de un solo dígito.
En todo este proceso se fue reduciendo la pobreza y la miseria, creando una clase media urbana extendida que, en situaciones estables como la presente, le da un soporte bastante sólido al sistema, como así también una clase empresarial nacional, basada, fundamentalmente en la producción de bienes y servicios destinada al mercado interno. Algunos de los grupos más fuertes, inclusive, se han internacionalizado formando empresas multilatinas.
Por lo tanto, el gran grito que unifica a los empresarios y la clase media es: “No hagan olas”, “todo está perfecto”. “Nada de querer cambiar el modelo”

LA FELICIDAD NUNCA ES COMPLETA

En este panorama apacible de plena felicidad, aparece el caso Odebrecht.  Algunas investigaciones aisladas que habían quedado abandonadas, más información llegada del extranjero, hicieron que un grupo de periodistas de investigación de gran prestigio en el país, junto con un pequeño número de fiscales comenzaran a investigar en serio el tema. Después de infinita presión en contra por parte del Congreso, la Corte Suprema, varios directivos del Ministerio Público y el Concejo Superior de Justicia, órgano que nombraba y removía jueces, y solo con el apoyo masivo de la opinión pública, lograron firmar un acuerdo de colaboración con los altos ejecutivos de Odebrecht quienes fueron contando a quienes financiaron sus campañas electorales y a quienes pagaron sobornos. Al mismo tiempo, otros pocos fiscales, en el Callao, creyeron descubrir contactos entre delincuentes y algunos jueces.  Pidieron la intervención telefónica, que se fue extendiendo y comprometió gravemente a jueces y vocales supremos del Poder Judicial, a varios Fiscales superiores y supremos, políticos y empresarios diversos, así es que en el Perú tenemos dos investigaciones, Lava Jato y también la Lava Juez


LOS MOVIMIENTOS SOCIALES

En Perú, el empleo formal, trabajadores en blanco, en libros, con aportes a la seguridad social, no llega al 30% de PEEA, todos los demás son informales, precarios, viven de trabajos independientes eventuales, trabajadores agrarios o simplemente desocupados.  De ese 30%, solo algo más del 5% está sindicalizado.  El movimiento sindical está dividido en 4 centrales, la única con cierto grado de funcionamiento, dentro de su precariedad, es la CGTP que históricamente estuvo vinculada al PC, que actualmente está virtualmente extinto.
El único sector sindical con fuerte presencia nacional es el docente, agrupado en el SUTEP, quienes han encabezados varias huelgas nacionales de varias semanas de duración. La última, hace dos años, le costó el puesto a la Ministra de Educación de la época. Desde hace muchos años está dirigido por el PCR (PC pro chino) o, más bien, lo que queda de él.  La última huelga fue impulsada y dirigida por facciones opositoras a la dirección, vinculadas a movimientos atomizados de izquierda radicalizada. El rol de la dirección oficial del SUTEP, en este caso, fue tratar de romper la huelga, para mantener su hegemonía en la Federación Sindical.
Actualmente, los movimientos sociales más importantes son los vinculados a temas ambientales, sobre todos los originados por la minería en el sur del país (Las Bambas y Tía María). También tiene cierto protagonismo movimientos inclusivos como el de las mujeres contra los feminicidios y la no discriminación del movimiento LGTBI.
Junto con este polo, ha surgido un movimiento ultraconservador “Con mis hijos no te metas” contra la enseñanza del enfoque de género en los colegios y antiabortos.  Está conformado por sectores evangélicos, la derecha católica y los grupos más reaccionarios de la clase media. Son activos, numerosos y tienen varios congresistas.

LOS PARTIDOS POLITICOS

Con la estabilidad y el “progreso” se fue haciendo menos necesario el rol de los intermediarios sociales como los partidos políticos.  Los tradicionales en el Perú, APRA, Acción Popular, Partido Popular Cristiano han ido quedando como cascarones de capillas de viejos dirigentes quienes viven pugnando por conseguir cargos públicos y sus privilegios.
Al mismo tiempo han surgido un montón de sellos, que fueron cumpliendo los requisitos para presentarse en elecciones, que en su inmensa mayoría esperan los procesos electorales para ver quienes les alquilan la personería y ver si así pueden llegar a ser congresistas. (hoy son unos 20)
Lo que queda son movimientos sin programas y con pocos principios, agrupados alrededor de un caudillo
APRA y Alan García:  Se ubica en el centro derecha, Perdió mucho arraigo popular. Muy manchado por la corrupción. Actualmente en crisis por el suicidio de su “Gran Conductor” e inmerso en luchas intestinas por la sucesión.  Ha sido el aliado incondicional de los fujimoristas.
Ollanta Humala:  Un emprendimiento político comercial destinado a obtener medios de vida que por esos azares del destino terminó siendo presidente. Ubicado más o menos en el centro del espectro.  Consiguió su apoyo en los sectores sociales más humildes de la ciudad, sobre todo en el sur.
Perú Posible y Toledo:  Toledo preso por haber recibido US$ 30 millones (ya probados) y el partido ya disuelto.

PPK y Pedro Pablo Kuczynski: Partido de centro derecha más bien liberal, Representa al empresariado moderno y a la Banca Nacional e Internacional. Apoyo en la clase media urbana. Ganó las elecciones con el voto de personas que prefirieron el mal menor frente al fujimorismo.
Fuerza Popular y Keiko Fujimori:  Ubicada a la derecha política. Representa al empresariado en general y tiene apoyo importante de los informales de la capital y sobre todo en provincias. Actualmente ha hecho un frente con los sectores evangélicos más reaccionarios. Un estudioso de la realidad peruana, Juan Luis Dammert Bello, afirma que KF es la expresión política de los beneficiarios de un nuevo modelo de acumulación de capital emergente en el Perú, formado por la economía ilegal e informal (Cultivo y tráfico de Drogas, Tala Ilegal, Minería Ilegal e Informal, Contrabando, etc.) Hoy día, su dirigente está presa y desprestigiada por haber recibido financiación oculta de Odebrecht.
Desde el punto de vista de principios hay muy poca diferencia entre KF y PPK. Tanto que varios ministros, incluyendo el Jefe de Gabinete de PPK, habían sido apalabrados previamente por Keiko para participar en su gabinete si ella ganaba.
Hoy día, en el Perú, los partidos representan más intereses personales que de clases. La mayor parte de congresistas tienen sus agendas personales por cuenta de aquellos que le financiaron sus campañas y aceptan encargos de gestionar conveniencias de las empresas que le reconozcan honorarios satisfactorios.
Vizcarra:  Un ex gobernador regional exitoso, bien visto, sin antecedentes de corrupción, sin partido político, sin bancada, que llegó al poder por accidente. Lo pusieron en la fórmula presidencial para matizarla (era demasiado blanquiñosa) y el presidente tuvo que renunciar.  Diríamos que es un tecnócrata de centro derecha.  Dada su debilidad política se ha tenido que apoyar en la opinión pública.
La Izquierda:  Hay un movimiento de izquierda con una base social extensa, electoralmente en el orden del 20%.  Heterogénea y totalmente fragmentada, aglutinada alrededor de caudillos que disputan entre sí por quien puede obtener una porción de cualquier poder al que crean que puedan llegar. Actualmente salpicada por casos de corrupción. Susana Villarán, ex alcaldesa de Lima, presa por haber financiado campañas electorales con plata de constructora brasileñas y dos gobernadores regionales condenados por manejos irregulares de dinero.

LA CRISIS DE LA REPÚBLICA CORRUPTA

Los acontecimientos de las últimas semanas, el suicidio de Alan García y la disolución del Congreso son los puntos más altos de lo que a falta de un nombre mejor le pondremos la crisis de la “República Corrupta”, parafraseando aquello de la “República Aristocrática.”
El Poder Ejecutivo, con 5 ex presidentes presos (uno suicidado en el momento del arresto) o procesados; el Poder Legislativo con cerca de 30 congresistas que tienen cuentas por aclarar ante el Ministerio Público, más dos de ellos con sentencias ya firmes; el Poder Judicial con el Concejo Nacional de Justicia disuelto por los arreglos para el nombramiento de jueces, un Vocal Supremo prófugo y detenido en España para extradición, más varios Jueces y Vocales Superiores que vendían sentencias, Fiscales Supremos y Superiores cuestionados por sus lazos evidentes con la delincuencia; no menos de 10 Gobernadores Regionales y decenas de alcaldes provinciales o distritales presos o prófugos, dan una cierta idea del panorama que la población sufre todos los días.
Una característica importante es que la deshonestidad masiva es transversal a todo el arco iris político.  Recorre desde la izquierda hasta la derecha.
Desde mi punto de vista, los fiscales, jueces y periodistas que están encabezando esta lucha contra la corrupción, expresan, de alguna manera, el consenso de la población que “así no se puede seguir”.  La posibilidad de éxito de estas personas tan valiosas dependerá de la participación activa de la población en esta lucha.
Dentro de un contexto de despolitización generalizado, hay un sentimiento muy extendido de hartazgo con toda la clase política.  El “Que se vayan todos” es una idea que resume la fatiga de la gente común ante un poder tan corrompido.
A este panorama poco alentador le tenemos que agregar que tenemos un país con una institucionalidad extremadamente débil. Salvo el sector económico, Banco Central y la Superintendencia de Banca, el resto de las instituciones es incapaz de ejecutar sus propios proyectos.  Tal es la debilidad que el Estado es incapaz de controlar hasta el mismo tránsito.
El problema ahora es tratar de encontrar una solución que permita mejorar lo que hemos descrito. Las próximas elecciones, el 26 de enero, no permiten vislumbrar, hasta este momento, algo distinto.
Algunos analistas suponen que la disolución del Congreso, ampliamente aceptada por la población, ha sido una válvula que ha permitido aliviar la presión social.
Vale la pena mencionar que, en el Perú, actualmente, si bien hay una disminución del crecimiento, no hay, por el momento, un ajuste económico que afecte de manera sensible a la población.


SDG
Octubre 2019

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