LAS PENSIONES DESDE UN PUNTO DE VISTA DIFERENTE
LAS PENSIONES DESDE UN
PUNTO DE VISTA DIFERENTE
Los fuertes reclamos de los chilenos contra su sistema
previsional, nos obligan, nuevamente, a revisar el tema de las pensiones.
Veamos el asunto más en detalle:
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Los
sistemas de jubilación que conocemos y se utilizan en nuestros países, están
pensados, diseñados y calculados para cubrir la jubilación de los trabajadores
dependientes.
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Uno
de los supuestos fundamentales para que los sistemas jubilatorios tal como los
conocemos perduren en el tiempo es que sean “autosostenibles”, es decir, que se
financien por sí mismo, que haya una equivalencia entre lo que se recauda y lo
que se debe pagar
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Debemos entender que la jubilación no
es un hecho administrativo que sucede cuando cumplimos con los requisitos. Es
un proceso que se
inicia con el primer aporte, el primer mes que comenzamos con el primer trabajo
y dura hasta que nuestro último beneficiario perciba su última mensualidad. Es
decir, en promedio, podemos suponer que dura alrededor de 60 o 70 años.
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El
Instituto Peruano de Economía (IPE) citando a la Superintendencia de Pensiones de
Chile, afirma que, en promedio, los afiliados a las AFP de ese país, cotizan 6
meses al año. Asimismo, según el mismo IPE, citando a la Asociación de AFP del
Perú, en nuestro país el promedio es de 9 meses de cotización al año.
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Una
lectura atenta a esas cifras nos permite deducir que por lo menos la mitad de
los aportantes a las AFP en Chile no cotizan, siquiera 6 meses de cada año. Por
lo tanto, luego de 30 años de afiliados, la mitad de los trabajadores chilenos,
tienen acumulados aportes que no llegan a 15 años. Conclusión: Lo ahorrado a lo
largo de la vida laboral es insuficiente para lograr una pensión digna.
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En el fondo, lo que reclaman los
jubilados del sur es que alguien les complete el dinero suficiente como para
que la jubilación les permita sobrevivir decentemente.
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Vale
la pena hacer notar, qué en Perú, en el Sistema Nacional de Pensiones (SNP), si
no se completan por lo menos 20 años de aportes, no se tiene derecho a ningún
tipo de jubilación. Es decir, no se recibirá nada.
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Para
que el Sistema de reparto, es decir el sistema nacional pueda mantenerse en el
tiempo, se requiere una proporción entre afiliados activos y pasivos
(cotizantes y jubilados). El Banco Mundial decía que debía ser mayor de 15:1.
Con el aumento de la expectativa de vida de las personas que incrementa el
número de jubilados y la poca creación de nuevas fuentes de trabajo formales, la
relación ya no es suficiente para que la recaudación cubra los pagos a los
pasivos, por lo que los gobiernos se esfuerzan por pagar cada vez menos a los
jubilados para no tener que gravar al tesoro público con cifras crecientes.
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Veamos,
entonces, cómo funciona el empleo en nuestros países: La globalización ha
permitido a las grandes empresas trasladar las plantas que requieren mucha mano
de obra a los países cuyos trabajadores ganan menos sueldos y tienen menores
beneficios, típicamente China, India, Vietnam, etc. Por lo tanto, en nuestros
países hay menos puestos de trabajo y en general, peor pagados.
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Pero,
además, para “poder competir”, se ha establecido la “flexibilidad laboral”, es
decir el trabajo se ha vuelto temporal y precario. Se alternan períodos de
trabajo formal con otros de trabajo informal o simple desocupación.
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Esta
manera de contratación, que resuelve el problema de las Empresas, entre otras
cosas se lleva de encuentro los antiguos derechos a la seguridad social. Tanto
las jubilaciones como la salud quedan desfinanciadas.
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Resumiendo: Las jubilaciones
insuficientes no son un problema de quien administra el sistema, sino que la
“flexibilidad laboral” no permite que los trabajadores logren ahorrar lo
suficiente como para tener una pensión digna.
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En
consecuencia, el problema termina siendo
financiero: ¿Quién pone la plata que falta? Hay tres actores en este drama:
El estado, los empleadores y los trabajadores. Hasta ahora, lo único que se ha
logrado es que cada una de las partes diga que la plata la deben poner los
otros. Mientras, los jubilados esperaban…hasta ahora que, en Chile, salieron a
reclamar.
Silvio
Dragunsky Genkin
Noviembre
2019
sdragunsky@gmail.com
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