¡¡¡¿¿HASTA DONDE LLEGARÁ EL ESCÁNDALO??!!!
¡¡¡¿¿¿¿HASTA DONDE LLEGARÁ EL
ESCÁNDALO??!!!
Decíamos en un blog anterior que la situación en el Perú se podría definir como la crisis de la "República Corrupta".
La confesión
de Dionisio Romero Paoletti (DRP) (CEO de Credicorp) que aportó US$ 3.6
millones, muestra, sin pudor alguno el funcionamiento de la política. Todas las campañas electorales están
financiadas por las grandes empresas, que obviamente, esperan obtener favores
políticos para sus intereses, no solo del partido que gane, sino también de
aquellos que, si bien perdieron, tienen bloques importantes en el Congreso.
Son
democráticos en un sentido: Apoyan a todos los que tienen posibilidades de tener
poder, no importa el color político que tengan.
Humala que se queja amargamente del apoyo del BCP a Keiko, recibió US$ 3
millones del PT brasileño por medio de Odebrecht.
Susana
Villarán financió la campaña por su revocatoria con la plata de los contratistas
brasileños. Es decir, toda la política que conocemos está revuelta en el mismo
chiquero.
Ahora bien ¿Qué
explicación dará DRP a sus accionistas que derrochó casi US$ 4 millones? En su
confesión explicó que tenía miedo que Ollanta Humala (OH) implantara un régimen
chavista en el Perú que perjudicara sus intereses. En la campaña del 2011
estaba claro que OH había mudado sus simpatías hacia Brasil, Lula y el PT del
que había conseguido financiación para su campaña. Inclusive cambió el color de su camiseta de
rojo a blanco.
Los
analistas más finos, habrían hecho notar que nunca OH se había reivindicado de
izquierda y mucho menos pro o filo comunista, castrista, chavista o como quiera
llamarse. Siempre fue un comandante del
Ejército retirado que buscaba tener un medio de vida y la política era un filón
interesante.
El tema fue
que, pese a lo gastado, OH ganó y tal como era de esperarse, su gobierno le
permitió al BCP, a Prima, a Pacífico, seguir ganando mucha plata. ¿Y entonces, para que tanto susto si el piso
seguía estando parejo?
Si no fuera
por el pánico que tienen a lo que pudiera llegar a tener una pizca de olor a
movilizaciones populares, le hubiese resultado muchísimo más barato contratar a
un equipo de buenos analistas políticos y ahorrar, a los accionistas, varios
millones de dólares.
SDG
Noviembre 2019
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