EL PERU INESTABLE
EL PERU INESTABLE
Perú acaba de ver la asunción del sexto presidente de la república en los
últimos seis años, además de haber visto sesionar tres parlamentos, centenares
de ministros y miles de funcionarios.
La causa de semejante inestabilidad solo debe poder explicarse por causas
profundas. Las anécdotas sobre si alguien visitó o dejo de hacerlo a una
autoridad, que uno tenga animadversión
hacia otra persona o situaciones personales de cualquier tipo no pueden ser
razón suficiente para explicar una inestabilidad tan profunda como duradera.
ALGUNOS
ANTECEDENTES
El ascenso al poder de Alberto Fujimori en 1990, significó el inicio de la
aplicación de las políticas del Consenso De Washington, que aún se siguen en
vigencia: Liberación de las políticas económicas, libre tipo de cambio,
privatización de las empresas públicas y muchos despidos, tanto en el Sector
Público, como en el Privado. Este periodo coincidió con una época de tasas de
interés muy baja en los países metropolitanos que originó un flujo de dólares
enorme hacia los países periféricos, incluido el Perú.
Gracias a ese inmenso ingreso de divisas, tanto Perú como Argentina y los demás
países latinoamericanos pudieron salir de sus hiperinflaciones y abrir un
proceso de crecimiento económico.
Este desarrollo fue desigual. Mientras la nueva economía, muy concentrada,
se expandía a gran ritmo, también crecieron los pobres y los desocupados. La
bonanza permitió a Fujimori tener el apoyo unánime del empresariado y simpatías
de numerosos sectores rurales beneficiados con pequeñas obras públicas, tipo
colegios, centros de salud, mejoramientos de caminos, etc.
La crisis de la deuda rusa, mexicana y del sudeste asiático, en 1997, originó
el retiro de gran parte de la inversión extranjera que buscó la seguridad de los
EE.UU. Ese fue el origen de una recesión económica muy profunda que rompe el
frente empresarial con Fujimori. Después de un gran agitación social, tras la fuga de Fujimori a Japón y el interinato de Paniagua, culmina, en las elecciones del año 2001,
ganadas por Alejandro Toledo. Fenómeno simétrico al de Carlos Menem en
Argentina.
En el 2003, comienza un proceso inesperado que dura hasta el 2014, el boom
del precio de las materias primas. El cobre, el oro, el plomo, el zinc,
triplican o cuadruplican sus precios, lo que abre un periodo de bonanza
inusitado. Junto con las ganancias de las corporaciones mineras, crecen las
reservas de divisas, el ingreso de impuestos, la ocupación de trabajadores y
demás variables económicas.
La pobreza se reduce a la mitad, del 40 al 20%, la miseria del 12 al 5% y
se incorporan al mercado, como nueva clase media, millones de ex pobres. En
consecuencia, todas las empresas destinadas al mercado interno tienen un
crecimiento exponencial. Las más importantes, se expanden, se internacionalizan
y se convierten en multilatinas.
SURGE OTRO
MODELO DE ACUMULACIÓN
Así, surge una nueva clase empresarial e
importantes fortunas de origen “non santas” y un grupo de “emprendedores” que
intentan hacer de la política y el acceso al presupuesto público su medio de
hacer fortuna, sobre todo en los niveles municipales y regionales.
Mientras en las ciudades se vive la prosperidad, en las zonas rurales va
tomando cuerpo un nuevo modelo de capitalización, la economía ilegal, basada
muchas veces en la explotación sin autorización alguna de recursos naturales,
generalmente en territorios prohibidos. La
minería informal de oro, el cultivo, procesamiento y tráfico de cocaína, la
tala ilegal en la Amazonia, la pesca clandestina, son junto con el transporte
informal, la educación superior de muy mala calidad, el complemento de la
actividad más rentable, el saqueo del tesoro público. Lo que a primera vista
sería el accionar de algunas mafias, la falta de trabajo formal en el país, los
ha convertido en verdaderas ramas de producción que dan empleo y sustento a
muchos miles de trabajadores y sus familias.
Estos sectores tienen en común que para que puedan prosperar sus negocios
están imperiosamente necesitados de contar con el apoyo de autoridades
policiales, judiciales, fiscales y políticas quienes tienen que estar a su
servicio o por lo menos “hacer la vista gorda”.
Para poder tener una idea de la magnitud de lo que estamos hablando,
estudios especializados estiman que los desfalcos de fondos públicos pueden
alcanzar entre los u$s 3000 y 4000 millones anuales (un 7 a 8% del presupuesto
nacional); la minería ilegal unos u$s 2 500 millones; el tráfico de drogas,
apenas supera los u$s 2000 (en el primer productor de cocaína del mundo, el TID
es la tercera fuente de ingresos ilegales). Las 50 universidades privadas
cerradas por su nivel insuficiente, atendían a más de 150 000 alumnos. Así
podríamos seguir, pero estas cifras nos permiten apreciar el peso de esta “industria”
que a falta de nombre mejor podríamos llamar “economía negra”
Todas estas actividades se mueven fuera de los dispositivos legales o a lo
máximo en sus márgenes. Ya alcanzaron cuotas de poder en gobiernos regionales y
municipales y su principal preocupación es eliminar toda norma de control y
debilitar a los fiscalizadores para que puedan prosperar sus negocios.
Es decir, no solo funcionan por fuera de las
instituciones legales, sino son muy activos ‘desinstitucionalizadores’
Tanta gravedad alcanza este proceso que ya comienzan a escucharse voces que
plantean la secesión del país, la creación de la República del Sur.
EL PODER LOCAL
NO LES ALCANZA, AHORA PRETENDEN TENER PODER NACIONAL
Desde mi punto de vista, las confrontaciones
políticas y la inestabilidad resultante no es más que el conflicto entre los
representantes de esta nueva economía que luchan por acceder a cuotas del poder
central, contra el establishment, que detenta todos los resortes de gobierno
desde siempre.
Años anteriores, este nuevo sector estuvo contenido dentro del fujimorismo junto
a los grandes empresarios. La decadencia de este partido, al igual que la
desaparición de los partidos tradicionales, permitió el surgimiento de
‘franquicias electorales’, personas con dinero que cumplían con los trámites
ante los órganos electorales para poder presentarse a elecciones, quienes
postulaban para ellos, o ‘alquilaban’ la franquicia para uso de terceros.
Desde mi punto de vista, las confrontaciones políticas y la inestabilidad
resultante no es más que el conflicto entre los representantes de esta nueva
economía que luchan por acceder a cuotas del poder central, contra el
establishment, que detenta todos los resortes de gobierno desde siempre.
EL SURGIMIENTO
DEL FENOMENO CASTILLO
La candidatura presidencial solo tenía por
finalidad cumplir con las normas electorales y ver si obtenían algún que otro
voto adicional. Nadie soñó, siquiera en su delirio más desatinado que pudieran
ganar las elecciones.
En las últimas elecciones peruanas, como muestra del fraccionamiento
político y el desarrollo de las ‘franquicias electorales’, se presentaron 18
candidatos a la presidencia, uno de los cuales era Pedro Castillo, cabeza de la
lista de Perú Libre.
Este “partido” es propiedad de los hermanos Cerrón, uno de ellos ex
gobernador de la región Junín, quienes intentaron dar el salto para tener
presencia nacional. Su único objetivo era mantener la vigencia legal de su
organización y ver si podían obtener algún parlamentario nacional. Las candidaturas presidenciales solo tenían por finalidad
cumplir con las normas electorales y ver si obtenían algún que otro voto
adicional. Nadie soñó, siquiera en su delirio más desatinado que pudieran ganar
las elecciones.
Dada la imposibilidad de postular de Vladimir, por haber sido condenado por
irregularidades económicas durante su desempeño, tuvieron que buscar un
candidato y encontraron a Pedro Castillo, un maestro de primaria, de una aldea
de Cajamarca, quien había dirigido, en 2017, una gigantesca huelga magisterial
de más de 500 000 docentes y a la que llevó a la derrota cuando ya estaba
ganada.
Pocas semanas antes de las elecciones, figuraba en las encuestas en la
categoría ‘otros’, es decir, menos del 1%. En una sociedad profundamente
segregada y racista, comenzó a desarrollarse un fenómeno de identificación
emocional de la población rural, especialmente del centro y sur del país,
quienes ignorados y maltratados durante siglos y encontraron un candidato de su
mismo tipo racial y social. El aluvión lo llevó a ganar a la primera vuelta con
aproximadamente 15% de los votantes contra unos 12% de Keiko Fujimori.
En segunda vuelta, Castillo gano por 40 000 votos, un 0.2%, contra una muy
mala candidata. No solo hija de un dictador preso por violación de DDHH y
delitos varios contra el patrimonio, sino ella misma acusada por financiación
ilegal de su campaña electoral por muchos millones de dólares.
Keiko apeló, para compensar su debilidad, a una feroz campaña racista y
anticomunista que haría palidecer de envidia al mismo senador americano Mc
Carthy, produciendo una profunda polarización en el país que se mantiene
actualmente en toda su plenitud.
LOS PROTAGONISTAS
Perú Libre
Una de las varias franquicias regionales, ésta, propiedad de la familia Cerrón.
Se dice marxista leninista, pero en su gestión como Gobernador de Junín no
exhibió ninguna política que así lo identificara. Para las elecciones
nacionales agitó la consigna de Asamblea Constituyente, pero en momento alguno señaló
como debería estar compuesta dicha Asamblea, como debería ser su elección y
mucho menos mencionó que artículos deberían sustituirse. Tampoco realizó acción
alguna que mostrara su interés en llevarla a cabo.
Sus relaciones con el presidente siempre fueron tirantes. Exigían cuotas de
poder (ministerios) bajo la amenaza de votar a favor de su destitución.
Tiene aproximadamente un tercio de las bancas congresales. La bancada antes
del año, se dividió en cuatro fracciones.
La extrema
derecha
Se presentó a las elecciones dividida en tres partidos. El de Keiko
Fujimori, uno más tecnocrático y el ultra conservador, próximo a Bolsonaro,
encabezado por Rafael López Aliaga, sector que rápidamente tomo la dirección de
toda la tendencia. Representa a la vieja clase media urbana tanto de Lima como
de las principales ciudades del país, que están espantadas porque alguien que
ellos consideran debiera ser su sirviente, ahora llegue a la presidencia. Tras suyo
se alinean los antiguos sectores políticos desplazados del poder.
Sumados, alcanzan, aproximadamente, un tercio del Congreso.
El Centro
Representan a varias organizaciones políticas. Sin historia, sin programas
en común, sin disciplina, son un conjunto disperso que en cada votación
resuelven según los intereses personales de cada parlamentario. Es alrededor de
un tercio de los congresistas.
Solo como dato, 40 congresistas, casi la tercera parte del total, cambiaron
de bancada en poco más de un año.
El Establishment
El poder económico que detentó desde siempre el poder político. La
organización más emblemática es la Confederación Nacional de Institucionales
Empresariales del Perú (CONFIEP), el gremio de gremios empresariales. Si bien
anticastillistas decididos, descubrieron rápidamente que pese los discursos, el
mundo de los negocios continuaba cada día más floreciente. Las utilidades tanto
del sector minero, como bancario, del consumo interno, la agroindustria, etc. son
mayores cada año, por lo que establecieron un acuerdo tácito con el gobierno.
Mientras respete un Ministerio de Economía, presidentes del Banco Central y de
la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP “profesionales y competentes”, con
el resto del país, que haga lo que quiera. Han logrado que la política y la
economía marchen por vías independientes.
Los EE. UU y la OEA
Cuando el escrutinio electoral de la segunda vuelta mostró el resultado
ajustadísimo a favor de Castillo, la derecha puso el grito en el cielo alegando
“fraude”. Las misiones de observadores de la OEA, norteamericana y de la
Comunidad Europea, inmediatamente proclamaron la limpieza del proceso electoral
y la legitimidad de los resultados.
Pocos días después, una comisión de notables de la derecha peruana viajó a
Washington a solicitar la intervención de la OEA para impugnar los
resultados. Fue recibida por un
funcionario de cuarto nivel que se limitó a firmar el cargo de recepción de la
carta que estaban llevando.
Las embajadas norteamericanas, de la comunidad europea y canadiense
emitieron diversos comunicados en el tiempo, respaldando al gobierno
democráticamente elegido.
En un intento anterior del Congreso por vacar (destituir) a Castillo,
Almagro, presidente de la OEA vino personalmente al Perú para evidenciar su
respaldo.
Finalmente, cuando se planteó la 3° solicitud de vacancia en el Congreso,
Castillo convocó a la OEA para tratar de cubrirse. Ésta, nombró una comisión de
diplomáticos que vino a Lima para intervenir. El primer informe de este comité,
si bien cuidadoso, recomendaba no tomar medidas unilaterales hasta que se
formase una comisión mediadora para encontrar alguna solución de compromiso.
Eso significaba que el Congreso no debería vacar al presidente. Nadie supuso
que al final fuese al revés.
Castillo visitó EEUU dos veces en sus 15 meses como presidente. En ambas,
se reunió con directivos de las grandes corporaciones solicitando que inviertan
en el Perú, que el país les garantizaba sus capitales y el retorno de sus
ganancias.
A la fecha, Perú no tiene ningún contencioso relevante con EEUU ni con
empresas de esa nacionalidad.
Las FF. AA.
La caída de Fujimori en el año 2000, quien encabezara una dictadura cívico
militar, originó una crisis en las FFAA que incluyó el apresamiento de toda la
cúpula de las tres armas, condenadas por violación de los DDHH y sobre todo por
inmensos latrocinios de decenas de millones de dólares
A partir de entonces hubo una marcada intensión de replegarse tras una
estricta función “profesional”. Así es que, en este proceso de cambio de
presidentes, en todo momento se mostraron pegadas a la Constitución y no
expresaron ningún tipo de participación en tiempos particularmente agitados.
Si bien despreciaban al profesor campesino, formalmente lo respetaban y le
rendían los honores del caso. No hubo ni una sola palabra de un oficial general
en actividad que hiciera referencia a los hechos políticos.
Recién se manifestaron luego del discurso de Castillo que proclamaba el cierre del congreso y el establecimiento de un gobierno que se manejaría a través de Decretos, afirmando que ellos respetarían el orden constitucional, es decir, que no apoyarían el golpe de estado.
Castillo
Una persona carente de formación y experiencia política, nunca perteneció a
Perú Libre, fue candidato invitado; de carácter débil, muy fácilmente
influenciable. Sus quince meses de gobierno estuvieron caracterizados por los
cambios, 80 ministros con 6 primeros ministros distintos (de un gabinete de 19
miembros). Solo 5 o 6 fueron censurados por el Congreso, el resto fueron
cambiados por decisión presidencial.
Su principal preocupación fue durar. Evitar que el Congreso lo destituya.
Para eso, se hubiese requerido 2/3 de votos del total de congresistas (87 de
130) por lo que la obsesión era tener 44 votos, los necesarios para bloquear la
vacancia.
La gestión de gobierno fue muy pobre. Los cambios constantes y la poca
competencia de los funcionarios impidieron la aplicación de cualquier plan en
sector alguno. Junto con ello, las acusaciones de deshonestidad en los círculos
más próximos, incluyendo su propia familia, terminaron por dar una imagen muy
deslucida amplificada por una prensa que estuvo unánime y furiosamente en su
contra.
Dina Boluarte
Previo a las elecciones, funcionaria de mando medio en una repartición
pública. Tuvo un fugaz paso por la política como candidata a concejal municipal
de un distrito de Lima, en que obtuvo una cantidad poco significativa de votos.
Llegó a la fórmula presidencial para cumplir con el dispositivo legal que
obliga a presentar listas mixtas. Expulsada de Perú Libre, luego de las
elecciones, por manifestar públicamente que no compartía el ideario y el
programa de dicho partido. Asumido el gobierno de Castillo, ocupó un
ministerio, siendo una de las muy pocas que no fuera cambiada en los 15 meses
que duró esta presidencia.
LA CRISIS
Es decir, en una situación de equilibrio
inestable, quien pateó el tablero fue el mismo Castillo, lo que precipitó un
cambio inmediato de presidente y el consiguiente fortalecimiento de la derecha.
Perú vivía, con Castillo, una situación de equilibrio inestable. Ni el
presidente ni la derecha tenían los votos suficientes en el Congreso para
imponer sus condiciones. En el fondo, ambos tenían la misma ambición, durar
hasta el 2026. El presidente por el poder, los congresistas porque no quieren
perder su sueldo de U$S 100 000 al año, más los ingresos que pudieran obtener
por gestionar intereses privados.
Desde el principio, la derecha amenazaba destituir al presidente, aunque
sabía que no conseguiría los votos suficientes.
Una de las razones, era que se suponía que en caso lo vacasen podría
provocarse un levantamiento popular en la sierra y en el sur, zonas en las que
Castillo obtuvo gran apoyo electoral y que tienen gran tradición combativa, lo
que, a la luz de los hechos, se confirmaría tiempo después.
Todos los observadores confiables comentaban que ambos se “ladraban, pero
no se mordían”. En caso fuesen destituidos el presidente y la vice, como podría
ser, el presidente del Congreso tendría la obligación de llamar elecciones
generales, presidenciales y parlamentarias, en pocos meses, es decir, se irían
todos.
En ese contexto, la derecha pide la tercera vacancia (las dos anteriores
habían fracasado). El consenso indicaba que nuevamente se frustraría. La sesión
parlamentaria estaba citada para las 15 horas. Ese mismo día, 7 de diciembre, a
las 11.25, aparece Castillo en la TV estatal anunciando: a) La disolución del
Congreso. b) La intervención de todos los niveles del Poder Judicial y del
Ministerio Público c) Que iba a gobernar mediante Decretos d) Que iba a
convocar a elecciones para elegir un nuevo Congreso que tuviera también fines
Constituyentes.
Dentro de la media hora posterior habían renunciado unos 15 de los 19
ministros, por haberse tomado semejante decisión sin haber sido consultados y
porque atentaba contra el funcionamiento democrático. Los demás renunciaron un
poco más tarde.
Como ya dije, las FFAA se pronunciaron conjuntamente por el respeto del
orden constitucional, es decir, no reconocían el golpe de estado.
El Congreso, que adelantó su sesión, poco después de la una de la tarde, aprobó
la destitución del presidente con más del 85% de los votos, incluyendo los de
la mitad de la bancada de Perú Libre y también el de Waldemar Cerrón, uno de
los dueños del partido de gobierno.
Ante esa situación, es llamada la vice presidenta para que asuma la primera
magistratura.
No hay ninguna razón medianamente lógica que pueda explicar como un
presidente se pueda atrever a romper con las instituciones constitucionales sin
tener ningún tipo de apoyo acordado de antemano. La repulsa a esa declaración
fue unánime.
Es decir, en una situación de equilibrio inestable, quien pateó el tablero
fue el mismo Castillo, lo que precipitó un cambio inmediato de presidente y el
consiguiente fortalecimiento de la derecha.
LAS
MOVILIZACIONES
La caída de Castillo originó una
gran movilización popular en el interior del país. Miles de personas salieron a
la calle protestando por lo que consideraron que fue el derrocamiento de “su”
presidente. Las características saltantes de estas movilizaciones fueron: a)
Son espontáneas, no tienen ningún tipo de organicidad. No hay partido ni
dirigente que centralice estas luchas. b) El método más utilizado es el corte de
rutas. Las autoridades han reconocido que ha habido casi 120 caminos
interrumpidos c) También se intentó tomar aeropuertos de provincias, lugares en
los que hubo los peores enfrentamientos con el ejército. d) Sobre todo se han
dado en la sierra y en el sur, lugares en que Castillo logró los mejores
resultados electorales. e) La falta de centralización hace difícil saber a
ciencia cierta cuales son las banderas de la lucha. Los temas más recurrentes
son: 1) Que renuncie Boluarte 2) Que cierren el Congreso 3) Que se vayan todos.
4) Nuevas elecciones ya!!
LA REPRESIÓN
Desbordada la policía por la
masividad del conflicto, el gobierno autorizo la salida del ejército para
“restablecer el orden” y lo hicieron a sangre y fuego. Sus intervenciones más salientes
fueron en la sierra sur, Andahuaylas, Ayacucho, Apurímac, Cuzco, Arequipa, en
las que las tropas comenzaron a disparar al cuerpo de los manifestantes. El
resultado fue una masacre de casi 30 personas muertas y algunos centenares de
heridos. Desde la lucha contra Sendero Luminoso en los 80, no se vio matanza
parecida.
PERSPECTIVAS
La
atomización y pauperización política no permite abrigar mayores esperanzas que
con las próximas elecciones se pueda resolver la crisis que ya lleva no menos
de seis años
Aunque todavía es muy difícil de
precisar porque las movilizaciones aún continúan, los rasgos más probables, a
mi juicio, serán los siguientes:
1)
Las movilizaciones que sufrieron una
tregua por las fiestas de fin de año, tienden a disminuir. Es probable que por
su falta de dirección y centralización se terminen diluyendo en pocos días o semanas
más.
2)
El Congreso que aceptó a regañadientes
recortar su mandato desde el 2026 al 2024, intentará seguir maniobrando para
ver como pueden obtener ventajas para el próximo proceso electoral. Son
absolutamente insensibles a los reclamos populares.
3)
Dina Boluarte encabeza un gobierno
extremadamente débil. No tiene partido ni siquiera un solo congresista propio.
Formó un gabinete de tecnócratas sin pasado político. Su único sostén (y muy
valioso) es que, si cae ella, simultáneamente los congresistas se tienen que ir;
se debe llamar a elecciones generales de inmediato.
4)
Creo que intentará hacer un gobierno de
“salvación nacional” buscando lograr algún acuerdo básico de gobernabilidad con
el parlamento y al mismo tiempo dedicar tiempo y presupuesto hacia la zona sur
del país para tratar de lograr una cierta pacificación que permita llegar a las
elecciones de abril del 2024. Lo que está por verse es si lo podrá lograr.
5)
Sin embargo, las causas profundas de la
inestabilidad del país, no han sido resueltas en absoluto. Los politólogos más
reputados, coinciden en que no se ven perspectivas, hasta el momento, de lograr
una cierta estabilidad de gobierno. La atomización y pauperización política no
permite abrigar mayores esperanzas que con las próximas elecciones se pueda
resolver la crisis que ya lleva no menos de seis años.
COMENTARIO FINAL
En un ambiente tan polarizado, en
el que se han escuchado opiniones tan diferentes, estoy seguro que aquellos que
tengan la paciencia de leer todo el trabajo, también manifestarán criterios
discrepantes. Me parece bien. Por supuesto, no me creo el único dueño de la
verdad y estoy abierto a escuchar a quienes tengan otros puntos de vista.
Silvio Dragunsky
Lima, enero de 2023
Silviodragunsky.blogspot.com
sdragunsky@gmail.com
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