LA INESTABILIDAD EN PERU ¿TENDRÁ SOLUCIÓN O SERÁ CRÓNICA?

 






LA INESTABILIDAD EN PERU ¿TENDRÁ SOLUCIÓN O SERÁ CRÓNICA?

 

  Si este punto de vista fuese correcto, la falta de estabilidad política en el Perú, que ya lleva varios años, tendería a ser crónica y tendríamos que acostumbrarnos a vivir con ella. Habrá períodos más o menos agitados, pero los cambios bruscos se podrán dar en cualquier momento. Por el momento, pareciera ser la perspectiva más probabl 


CUATRO GABINETES ES SEIS MESES

A los 6 meses de asumir el poder, el presidente Castillo tuvo que dejar sin efecto el nombramiento de Héctor Valer, el 3° presidente del Concejo de Ministro, a los tres días de haberlo designado por el repudio general que despertó la información que pocos años atrás les había dado una gran paliza a su esposa y a su hija, Les habrá pegado tanto que las mujeres tuvieron que denunciarlo en la comisaría a las 2 de la mañana. Este hecho despertó el rechazo casi unánime. Desde las congresistas mujeres hasta partidos políticos, movimientos de defensa de la mujer y demás organizaciones. Desde el inicio, la solicitud de voto de confianza en el Congreso, tal como lo establece nuestra Constitución, estaba perdido de antemano.

El primer gabinete nombrado, fue encabezado por Bellido, dirigente prominente de Perú Libre, partido que lo llevó al poder. Éste, duró dos meses y cayó por la inestabilidad política causada por sus enfrentamientos constantes. El siguiente, estuvo a cargo de Mirtha Vásquez, una socialdemócrata quien, siendo en el gobierno anterior presidenta del Congreso, logró armonizar a las distintas bancadas permitiendo un funcionamiento razonable del Parlamento.

Sin embargo, como la crisis política no amainaba, cuatro meses después, el presidente, intentó cambiar sus alianzas llevando al premierato a un congresista, Héctor Valer, de una trayectoria muy sinuosa, quien después de haber pasado por cinco o seis movimientos políticos llegó al Congreso con Renovación Popular, el movimiento neofascista de Rafael López Aliaga, partido al que renunció antes de asumir su banca, pasando por dos bancadas más en pocos meses. Además, se reivindica miembro del Opus Dei (afirmación desmentida inmediatamente por la Prelatura de la Orden)

Es decir, ante la posibilidad real que en algún momento el Congreso intente declarar la vacancia presidencial (remoción), Castillo trata de lograr su estabilidad buscando alianzas cada vez más a la derecha.

Hoy día, mientras el presidente busca a su cuarto premier y 18 ministros, que al día que se escribe esta nota, es imposible prever que orientación tendrán, todo el mundo político se pregunta que hacer para resolver la inestabilidad del gobierno.

Además del racismo apenas disfrazado de anticomunismo que está muy presente, también están a la vista la evidente falta de talento político del presidente y el hecho de estar rodeado de personas cuya confianza proviene por su amistad o paisanaje y que se los relaciona con múltiples hechos de corrupción.

ANTES, CUATRO PRESIDENTES EN TRES AÑOS

Si bien todos estos hechos son correctos, no alcanzan a describir la situación actual de nuestro país. Tenemos que recordar que, en los 3 últimos años del mandato presidencial anterior, tuvimos cuatro mandatarios, Castillo sería el quinto. Algo importante debe pasar para llegar a tal inestabilidad.

LA "ECONOMÍA NEGRA" DISPUTA EL PODER

Mi apreciación, ya expresada en artículos anteriores, es que lo que hemos dado en llamar “la economía negra”, el cultivo, producción y tráfico de drogas, la minería aurífera y la extracción de maderas en zonas prohibidas, el comercio y el transporte informales, la educación con insuficientes niveles de calidad, el contrabando, el lavado de dinero de todas estas actividades y algunas más, dan ocupación y medios de vida a un sector muy importante de la sociedad peruana. Hay millones de personas que viven gracias a poder trabajar en estas tareas.

Lo que estamos viendo es que estos sectores sociales pugnan por tener una participación cada vez más significativa en el poder.

La desaparición de los partidos políticos tradicionales, el Apra, el Partido Popular Cristiano, Acción Popular (hoy día una federación de caudillos independientes que usan una misma marca de alta recordación), inclusive la decadencia del mismo Fujimorismo, que en la última elección apenas logró el 13% de los votantes efectivos, dejó el campo abierto para la aparición de “franquicias electorales”, entes con personería electoral, pero carentes de toda ideología o programa. Reunidos alrededor de un caudillo, generalmente un millonario que financia las actividades, solo se dedican a gestionar los intereses de sectores muy limitados o inclusive solo tratan de desarrollar los negocios de sus mecenas.

Los antiguos políticos, que impulsaban los intereses del “establishment”, las grandes corporaciones, bancos, transnacionales, con todos sus lastres, que fueron muchos, de alguna manera tenían una visión del país. Entendían a la república, por lo menos lo que ellos entendían como “su república” como una totalidad y en tal medida, en los casos que la gravedad lo imponía, estaban dispuestos a acordar con los demás partidos políticos salidas en común por el “bienestar nacional”

En esta época, con intereses muy fragmentados, con la cultura individualista a ultranza vigente, esta visión se rompió. Cada uno ve lo suyo. Lo que encontramos son pandillas que intentan (y con éxito) hacer del Estado su botín. Cuando decimos que cada Congreso es peor que el anterior, nos estamos refiriendo precisamente a esto. Son la expresión política del “sálvese quien pueda”, en versión cada vez aumentada y mejorada.

En un artículo anterior decíamos de los nuevos actores sociales: “ …..Para que puedan existir y prosperar, dada su naturaleza ilegal y muchas veces delincuencial, es indispensable contar el con apoyo o por lo menos “buena voluntad”, de policías, jueces, fiscales y autoridades políticas. Por tanto, no solo están fuera del aparato institucional del Estado, sino que son activos “desinstitucionalizadores”, es decir tratan, activamente, de desactivar a todas las entidades que cumplan alguna función de control….”

Parece evidente que eso es lo que estamos viendo tanto en el Poder Ejecutivo como el Legislativo.

Mientras tanto, los grandes empresarios solo exigen que se les respete el Ministerio de Economía, el Banco Central y la Superintendencia de Banca, con profesionales “adecuados” que garanticen la producción continua de utilidades.  Han decidido que el mundo de la política les es ajeno y dejan que se los disputen los rapiñadores.

¿ESTAREMOS CONDENADOS A LA INESTABILIDAD?

Si este punto de vista fuese correcto, la falta de estabilidad política en el Perú, que ya lleva varios años, tendería a ser crónica y tendríamos que acostumbrarnos a vivir con ella. Habrá períodos mas o menos agitados, pero los cambios bruscos se podrán dar en cualquier momento. Por el momento, pareciera ser la perspectiva más probable.

En cuanto a la población, salvo algunos movimientos reivindicativos de comunidades de la sierra sur y la selva norte, de apariencia ambientales, pero de contenido económico, no se ven manifestaciones de agitación más o menos generalizadas, lo que permite a los “políticos actuales” disputarse el acceso al Tesoro Público sin mayores limitaciones.

 

 

 

Silvio Dragunsky Genkin

Febrero de 2022

Silviodragunsky.blogspot.com

sdragunsky@gmail.com

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