¿A QUIEN VOTAMOS EN ESTAS ELECCIONES EN ARGENTINA?

 


 

¿A QUIEN VOTAMOS EN ESTAS ELECCIONES EN ARGENTINA?


Un antiguo amigo, cuyas opiniones valoro y respeto particularmente, me alcanzó la reproducción de una entrevista realizada por el periodista Alejandro Bercovich a Claudio Katz, economista argentino que, tanto mi amigo como yo, suponemos vinculado a posiciones trotskistas.

En ellas, este economista luego de un análisis, concluye en que tanto Milei como Bullrich, los candidatos de la derecha no solo van a atacar significativamente el nivel de vida de la población, sino que también van a arrasar todas sus organizaciones, los sindicatos, las organizaciones populares y barriales y todo esbozo de instituciones que nuclean a la gente trabajadora o pobre.

En cambio, según él, Massa solo continuará empobreciendo a la población, tal como lo viene haciendo hasta ahora, recordemos que es el actual ministro de Economía, pero no atacará la institucionalidad vigente.

En conclusión, llama a votar a Massa considerando que es el mal menor.

En el fondo, sin decirlo expresamente, mi amigo me pide mi opinión si la izquierda va a votar a Massa por temor a gobiernos muy represivos.

 

UBIQUEMOS EL CONTEXTO

 

La Argentina de hoy día es víctima de varias crisis, todas ellas de gran magnitud, que se retroalimentan recíprocamente: Un endeudamiento gigantesco, que incluye una deuda al FMI absolutamente impagable, una descapitalización colosal, hay más U$S 400 mil millones de argentinos en el exterior, el Banco Central no solo sin reservas de divisas, sino que tomó, hasta ahora, unos U$S 10 mil millones de encaje de depositantes del sistema bancario, es decir dinero ajeno, un déficit presupuestario que históricamente está en el 4 a 5% del PBI y que el FMI le exige bajar ahora, a menos del 2%, una inflación que se supone terminará el año en más del 150% y por si fueran pocas todas estas calamidades, el Estado ha tomado “prestado” del sistema bancarios alrededor de U$S 35-40 mil millones de dólares, de deuda en pesos, que provienen de los ahorros del público a plazo fijo. Sino los devuelve, los bancos no podrán atender sus obligaciones con los ahorristas. Por si fueran pocas estas desgracias, encima una sequía pocas veces vista que reducirá unos U$S 20 mil millones las exportaciones. Como telón de fondo, un retroceso gigantesco de las condiciones de vida, que se reflejan en más del 40% de la población bajo el nivel de pobreza, menos del 50% de la PEA tiene un trabajo, ya sea estatal o privado, con la debida protección de la ley, el resto sobrevive algunos con subsidios estatales varios, el resto, como puede.

 

LAS PROPUESTAS

 

 









JAVIER MILEI: 

…..La deuda argentina se cotiza al 30% de su valor nominal; eso implica que para recaudar lo que se propone, debería emitir, y en algún momento pagar después, U$S 100 mil millones en nueva deuda.

El eje de su campaña es que va a reemplazar el peso por el dólar. Esta propuesta es de por si inviable. El mismo, en su discurso, dice que se necesitarían unos U$S 30 mil millones para poder cambiar todos los pesos en circulación y Argentina no los tiene. Indica que los va a pedir prestados, pero el país tiene cerradas todas las fuentes de crédito, por lo tanto, dice que va a recurrir a los fondos de alto riesgo, es decir, a la usura internacional. Dado que el riego país es altísimo, y según sus propias afirmaciones la deuda argentina se cotiza al 30% de su valor nominal; eso implica que para recaudar lo que se propone, debería emitir, y en algún momento pagar después, U$S 100 mil millones en nueva deuda. Así y todo, los expertos dicen que es imposible que alguien le pueda prestar a Argentina semejante suma.

Que un país subdesarrollado dolarice su economía, puede ser que en una situación crítica tal vez logre, en el corto plazo, estabilizar los precios internos. Sin embargo, como la productividad crece a un ritmo menor al de los países desarrollados, a mediano plazo los términos de intercambio se harán negativos y el único factor de ajuste que queda disponible es la ocupación. Es decir, la dolarización va a generar, necesariamente más desocupación más a corto que a largo plazo.

Inmediatamente obliga a cerrar el déficit fiscal y a un reajuste general de precios, con un golpe inflacionario brutal y el consecuente empobrecimiento de grandes capas de población.






 




PATRICIA BULLRICH:

……Incluye eliminación del déficit fiscal, realineamiento de los precios internos (eliminación de los subsidios y nivelación de las tarifas de la energía y el transporte), reducción de subsidios, pensiones y del empleo público

Ofrece su experiencia en Seguridad Pública. Fue ministra del tema en el anterior gobierno de Macri. Proclama en voz alta, que no aceptará reclamos callejeros y que reprimirá con la mayor energía.

El que sería su futuro ministro de Economía, Carlos Melconian ha explicado con todo detalle su programa económico, Es un programa clásico, que incluye eliminación del déficit fiscal, realineamiento de los precios internos (eliminación de los subsidios y nivelación de las tarifas de la energía y el transporte), reducción de subsidios, pensiones y del empleo público. Muy similar al aplicado por el gobierno de Alberto Fujimori en Perú en el año 1990. Es evidente que la pobreza, hoy día estimada en más del 40% treparía a niveles insospechables.









SERGIO MASSA:

 Su gran argumento político es que los otros candidatos son peores. Que las medidas anunciadas por sus competidores agudizaran la pobreza de una manera explosiva. Se podría suponer que, para evitar comparaciones, el no anuncia plan alguno.

El candidato oficialista y actual ministro de Economía, en un país que terminará el año con una inflación del orden del 140-150%. En sus intervenciones públicas afirma que la crisis económica es provocada por “otros” y que él es una víctima de la situación. Asegura que, de llegar a ser presidente, él logrará bajar el ritmo inflacionario a no más del 60% para el 2024. Que todo el país sabe de su capacidad de trabajo y asegura que pondrá en esta labor, toda su voluntad y el mejor esfuerzo. Su gran argumento político es que los otros candidatos son peores. Que las medidas anunciadas por sus competidores agudizaran la pobreza de una manera explosiva. Se podría suponer que, para evitar comparaciones, el no anuncia plan alguno

Hasta ahora, durante su gestión, se ha dedicado a achicar la brecha fiscal reduciendo subsidios a la energía y a las personas, como así también las jubilaciones. Gran parte de los nuevos pobres son resultado de la gestión de este gobierno y de su labor ministerial.

Se supone que en caso de ganar las elecciones este proceso se acelerará porque no tendrá el límite que le impone al oficialismo una próxima competencia electoral.

 

 










MIRIAM BREGMAN

Que se los debe votar para tener parlamentarios confiables que defiendan en el Congreso los reclamos populares. Y esto, en la situación que se vive y sobre todo en la que vendrá, no es suficiente

Candidata del Frente de Izquierda y de los Trabajadores, acuerdo de varias agrupaciones trotskistas.  En un país con una crisis tan profunda que origina una polarización tan aguda, sería de esperar que ésta fuera más o menos simétrica, es decir hacia derecha y también hacia izquierda. Sin embargo, en este caso no fue así. La extrema derecha creció tanto que ganó las elecciones primarias y la izquierda mantuvo su caudal electoral habitual. Desde lejos, me resulta muy difícil tener una opinión certera, pero, a primera vista, y con las reservas del caso, me parece que no han comprendido la magnitud de la desesperación popular que se empobrece diariamente y que a grandes sectores ya no les alcanza para comer.

El eje de su planteo es que se los debe votar para tener parlamentarios confiables que defiendan en el Congreso los reclamos populares. Y esto, en la situación que se vive y sobre todo en la que vendrá, no es suficiente. No se aprecia en su discurso lo que distinguió a su corriente históricamente, el ser los primeros en llamar a la población a pelear en las calles por sus derechos, a dar lineamientos de organización para la defensa de su nivel de vida.

 

LAS ELECCIONES ACTUALES

 

Ya lo dijo el ex presidente Menem, en uno de los pocos raptos de sinceridad “si hubiera dicho lo que iba a hacer nadie me hubiera votado y hoy no sería presidente”

Toda la clase empresarial y la política coinciden en que una vez concluida la bonanza económica del 2003 al 2013, la mayor en toda la historia republicana, la política redistributiva desarrollada por el kirchnerismo está agotada, que ya no alcanza el presupuesto público para mantenerla.  Que, para poder pagar la deuda externa, una corrección económica de gran magnitud es inevitable, que, por otra parte, ya está en curso desde varios años atrás. Los tres candidatos principales en esto están en pleno acuerdo. Las diferencias entre ellos es el ritmo y la forma de aplicarla. Milei dice que hay que quitar los subsidios y nivelar los precios relativos inmediatamente. Massa, en cambio, que hay que hacerlo paulatinamente negociando con los dirigentes sindicales, tal como lo viene haciendo actualmente. Bullrich está en el medio de ambas propuestas.

El temor que los divide es que puedan repetirse las gigantescas movilizaciones populares del año 2001. En una crisis con ciertas similitudes a la actual, la gente salió masivamente a la calle. Una gran multitud rodeó la Casa Rosada y si el presidente De la Rúa no huía en helicóptero, el riesgo era que al fin rompan los cordones de seguridad e invadieran el Palacio. Por otro lado, muchos salieron a saquear tiendas de comida, porque no tenían para comer.

 Uno de los observadores políticos más agudo del establishment, Carlos Pagni, resume la situación actual en que “los partidos políticos tienen que lograr un cambio político evitando el desastre”

Hay que tener en claro que todos los candidatos se dedican a hacer promesas con las que sus asesores suponen van a conseguir votos, independientemente que las piensen o puedan poner en práctica o no.

Ya lo dijo el ex presidente Menem, en uno de los pocos raptos de sinceridad “si hubiera dicho lo que iba a hacer nadie me hubiera votado y hoy no sería presidente”

 Los gritos destemplados de Milei y las amenazas de represión de Bullrich sirven para ganar votos, pero no para gobernar. Ninguno de los dos logrará tener mayoría congresal y no solo necesitaran alianzas, sino el apoyo de la banca internacional que habitualmente no sostiene a personajes imprevisibles. Probablemente, en caso de ganar, Milei desarrollaría una política tipo Bolsonaro.

La revista inglesa “The Economist”, texto de cabecera del mundo financiero internacional ya publicó un artículo sobre Milei descalificándolo como intolerante e imprevisible. Inclusive la Iglesia, con tanto peso en este país, lo ve con muy malos ojos por haber ofendido al Papa con insultos de muy grueso calibre.

Para Massa y sus seguidores, el extremismo de Milei le resulta funcional. Lo aprovecha para mostrarse como el menos malo de los tres. Su campaña electoral está basada en crear miedo de los otros dos.

El peronismo se encuentra en una encrucijada difícil. Recordemos que, en épocas de vacas flacas, el peronismo ya dio presidentes como Carlos Menem y ahora Alberto Fernández.  Si por esas cosas del destino llegara a ganar estas elecciones, el desgaste que sufrirían luego del deterioro del nivel de vida de mucha gente por la política de “su” gobierno, les provocaría el repudio de gran parte de lo que hoy es su electorado. En cambio, si pierden y ganan cualquiera de los otros dos candidatos, muchos de sus caciques sindicales, provinciales y municipales se irían plegando a los nuevos gobernantes para no perder los privilegios que da estar cerca del Estado.

 Los que llamen a votar por cualquiera de los tres, encontrarán mucho más temprano que tarde, el desprecio de aquellos que rápidamente descubrirán que fueron engañados otra vez.

 

Silvio Dragunsky Genkin

Lima, 26 de Setiembre de 2023

sdragunsky@gmail.com

silviodragunsky.blogspot.com

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